2015 fue...
© HuelvaCofrade.com 31/12/2015
EL AÑO DE LA CONCEPCIÓN
Pocas son las instituciones de nuestra ciudad que puede presumir de cumplir medio milenio. La Parroquia de la Concepción se sumó a la lista en un año en el que ha sido protagonista de la vida religiosa y cofrade de la ciudad, aunque sin que las actividades previstas consiguieran despertar plenamente el entusiasmo de la ciudad.
Tres de las cinco hermandades con sede en el templo inmaculista vieron sus imágenes de manera extraordinaria en las calles con motivo del pentacentenario. Con este motivo fue elegida la imagen de Jesús Nazareno para presidir el Vía Crucis del Consejo, para lo que la imagen fue trasladada hasta la plaza de San Pedro. La corporación de la Madrugá volvía así al entorno en el que siglos atrás se celebraba el acto central de su estación de penitencia, el Sermón del Paso.
El 30 de abril fue la fecha elegida por la Hermandad de la Purísima para trasladar a su titular en un rosario vespertino hasta la Santa Iglesia Catedral. Los rezos corrieron a cargo de los colegios religiosos de la ciudad. En su procesión del 8 de diciembre, la Inmaculada contó con el acompañamiento de numerosas hermandades marianas de la provincia.
Pero la cita que acaparó más miradas fue la Coronación Canónica de Nuestra Madre y Señora de los Dolores en la tarde del 19 de septiembre. La titular de Vera+Cruz y Oración recibió en la plaza de las Monjas su histórica corona de plata de manos del obispo de Huelva en la cuarta ceremonia de este tipo celebrada en la ciudad. Tras el Pontifical, la Virgen de los Dolores recorrió las calles del casco histórico hasta bien entrada la madrugada.
Otras hermandades también miraron a la Concepción con motivo del aniversario. De esta forma, los simpecados de las dos filiales rocieras fueron trasladados hasta la Purísima para celebrar sus cultos. También la Virgen de la Consolación visitó en rosario de la aurora su antigua sede dentro de los actos extraordinarios por su 75º aniversario.
Como testimonio perenne de la celebración ha quedado en la parroquia la nueva sillería del altar mayor. La anunciada recuperación del retablo de San José, por el contrario, tendrá que seguir esperando.
EL AÑO DE LOS CAMBIOS DE SEDE
El mes de los difuntos nos deparó el reencuentro de dos hermandades jóvenes con su propia historia. El 14 de noviembre, la Santa Cruz abandonaba el Molino de la Vega para trasladarse hasta la Parroquia de la Concepción. Una semana después, la Redención regresaba al Huerto Paco tras su estancia provisional en las Agustinas.
En el caso de la cofradía del Miércoles Santo se trata de una vuelta al origen, ya que inició su camino como grupo formativo en la Concepción. Con el traslado se pretende, además, acabar con la incómoda dualidad de sedes que ha tenido la Hermandad de la Santa Cruz hasta ahora debido a las reducidas dimensiones de la Parroquia de Santiago y que obligaba a efectuar la salida desde la Catedral. De manera provisional, el Cristo de la Providencia y la Virgen de Gracia reciben culto en la capilla bautismal, a espera de que una posible reubicación de las imágenes de la parroquia les permita encontrar un lugar más holgado.
Para la Redención, la parroquia de Cristo Sacerdote es el lugar donde se convirtió, en el año 2000, en cofradía penitencial. No obstante, las mismas dificultades para salir desde el templo parroquial la llevaron después a un largo peregrinar en el que hemos visto a sus imágenes en el Carmen, la Hermandad de Huelva, la Concepción, las Agustinas y dos oratorios diferentes en el barrio del Huerto Paco. A priori, 2016 supondrá la última salida desde el centro de la ciudad, por lo que la cofradía deberá buscar un lugar más cercano a su barrio desde el que procesionar cada Domingo de Ramos hasta que las obras de un nuevo templo permitan hacerlo desde Cristo Sacerdote.
EL AÑO DE LAS GESTORAS
Si empezábamos 2015 con dos hermandades intervenida por el Obispado, a lo largo del año se ha duplicado la cifra, de modo que el Prendimiento y la Cena se han unido a las Tres Caídas y la Cinta.
La
cofradía carmelita tenía previstas elecciones para el mes de mayo,
tras ocho años de mandato de Juan Antonio Alonso. Tras no concurrir ninguna
candidatura, el Obispado designó al histórico hermano mayor Domingo
Álvarez para gestionar esta nueva etapa. El traspaso de poderes distó
de ser modélico, con un comunicado del entorno de la junta saliente bastante
duro en las redes sociales en el que se criticaba la actitud del párroco
del Carmen en el proceso. Seis meses después de la toma de posesión
de la gestora no hay elecciones a la vista.
Poco más de un año duró el mandato de Juan Chaves al frente de la Hermandad de la Cena, un tiempo en el que tuvo que hacer frente a numerosas dimisiones en el seno de su junta. Diversas irregularidades en la gestión de la corporación llevaron a Palacio a destituir a la junta de gobierno en pleno, designando a Mariola Luengo como presidente de la gestora en vísperas de la festividad del Rosario. Luengo, especialmente conocida por su labor al frente de los talleres infantiles de la hermandad, acaba el año enfrentándose a la dimisión de Jacinto Hitos como capataz tras dos décadas en el martillo del Cristo del Amor.
La única gestora que ha cumplido hasta hoy con el mandato de convocar elecciones es la dirigida por Fabián Tello en las Tres Caídas, activa desde noviembre de 2014. Sin embargo, la ausencia de candidaturas a los comicios previstos para mayo ha provocado una prórroga, aparentemente indefinida, de la actual situación de provisionalidad. Tampoco en la Cinta, cuya gestora encabeza Bienvenido González, se intuyen elecciones en el horizonte.
Aunque cuatro gestoras
puede parecer un número demasiado alto, un análisis profundo de
la realidad de nuestras cofradías hace que parezcan pocas. Cuentas que
no se aprueban, goteos de dimisiones
no son pocas las hermandades cuyas
juntas de gobierno (o lo que queda de ellas) han estado durante el año
al borde del precipicio.
EL AÑO DE LA SEMANA SANTA COMPLETA
Tras
una larga racha negativa y el casi pleno de 2014, la pasada Semana Santa nos
dejó una de las contadas ocasiones en que todas las hermandades han podido
realizar su recorrido con normalidad en lo que llevamos de siglo. No sólo
lo pudieron hacer sin mirar al cielo, sino que además tuvieron que sufrir
las altas temperaturas que provocaron más de una lipotimia en cortejos
y público.
El Domingo de Ramos empezó de luto por el reciente fallecimiento de José Vargas Tallón, lo que provocó diversos gestos de duelo en su Hermandad de la Cena. Como contrapunto, la Agrupación Musical Cristo del Amor celebraba su 35º aniversario con una performance en la recogida que causó división de opiniones. Fue también jornada para un inédito doblete de capataz, el de Carnicerito en la Burrita y la Redención, cuyo Cristo estrenó potencias y el pasado de la túnica. Los Mutilados sorprendió con la túnica blanca del Cristo de la Victoria.
La gran novedad del Lunes Santo fue el Cirineo de las Tres Caídas, opera prima de Darío Fernández en nuestra Semana Santa, en el cincuentenario de la subida por la Vía Paisajista. La Orden, testigo del espectacular crecimiento del Perdón, y la Hispanidad, fiel siempre al Cautivo, sufrieron los rigores del sol por las largas avenidas de sus recorridos. El Calvario, que amplió su recorrido de ida, estrenaba las cantoneras de la cruz del Señor, mientras que la Virgen del Rocío y Esperanza lucía en su pecho la medalla de la ciudad donada por la familia del alcalde Diego Sayago.
El Martes Santo la Lanzada nos trajo la imagen inédita del crucificado con potencias y por un nuevo recorrido de vuelta por el entorno del Gran Teatro. Pasión volvió a las cornetas y tambores en el año del estreno de la plaza Virgen del Refugio. Los Estudiantes recibió el apoyo del resto de hermandades tras el robo sufrido en Cuaresma en su Casa de Hermandad; la mayor parte de los hermanos mayores recibieron a la cofradía en la Placeta. La Salud volvió a modificar la estética del Señor, en esta ocasión con una túnica de brocado morado.
En
el día de los fervores marianos, el Miércoles Santo, cuatro misterios
de una enorme personalidad reclamaron su sitio. La fotografía para la
historia la dejó la Santa Cruz con su última salida desde la Catedral,
sólo minutos después de que el Prendimiento cruzara la Merced
vistiendo una túnica pintada. Esperanza y Victoria reeditaron su particular
laberinto de cruces por las calles del centro, en una configuración de
itinerarios que permite ver hasta tres pasos a la vez desde una misma esquina.
En el Jueves Santo, además de notarse una importante bajada de público, la protagonista fue la Hermandad de los Judíos. La corporación mercedaria reinventaba su puesta en escena con las nuevas figuras secundarias del paso de las Cadenas, el acompañamiento de cornetas en el Buen Viaje, nueva corona y velas rizadas en el palio y la recuperación de la capa en los nazarenos. Nuestra Madre de la Consolación celebraba su 75º aniversario estrenando un pecherín de bordados decimonónicos. La Misericordia sigue buscando su hueco en la jornada, en la que se echó de menos por segundo año el manto bordado de los Dolores de Oración.
Tras una Madrugá en la que el Nazareno volvió a cumplir con la Carrera Oficial, el Viernes Santo nos regaló la consolidación estética de una resucitada Hermandad del Santo Entierro. Fue el año de despedir la rampa de la Ermita de la Soledad y de despedir más temprano a las dos Soledades, que adelantaron sensiblemente su recogida. Las imágenes más estremecedoras, como ya es costumbre, las puso la recogida del Descendimiento a oscuras con el Adagio de Albinoni. El contrapunto, la Fe en el 25º aniversario de la Virgen de la Caridad.
El broche de oro
pudo ponerse sin incidentes en la Hispanidad con el Resucitado, hermandad que
espera alcanzar el centro como un miembro de pleno derecho del Consejo en 2016.
EL AÑO DE LAS RESTAURACIONES
La más traumática, sin duda, la que aún intenta recuperar el misterio del Sagrado Descendimiento tras el accidente que la pasada primavera conmocionaba a la Huelva cofrade. La rotura de la cruz de la que pende el Cristo provocó que las imágenes del Señor y Nicodemo cayeran al suelo desde su altar, provocando daños también al resto de imágenes secundarias. Para la delicada labor de recomponer los desperfectos, la Hermandad ha confiado en el profesor Juan Manuel Miñarro. La solidaridad entre hermandades se ha demostrado en numerosas iniciativas llevadas a cabo para colaborar con esta cofradía humilde en los gastos que supone la restauración.
El cambio de año pillará también fuera de su camarín a la Virgen de los Dolores de los Judíos. Con la llegada del verano la dolorosa servita fue trasladada al taller de Pedro Manzano. El mismo restaurador sevillano practicó una pequeña intervención sobre el Señor de las Cadenas la pasada Cuaresma, con objeto de adaptarlo a la configuración del nuevo misterio. Los que sí disfrutan de su imagen plenamente sana son los hermanos de la Cena, cuya Virgen del Rosario gloriosa ha sido restaurada por Daroal.
Mención
aparte merece la intervención de David Valenciano sobre la Virgen de
la Salud dolorosa. Lo que oficialmente era el arreglo de un problema en los
ojos de la talla resultó una completa transformación de la dolorosa.
Se trata de la tercera versión de esta talla mariana, ya que se trata
de la segunda remodelación que acomete sobre ella su autor desde que
fue bendecida en 2000.
EL AÑO DE LA AMBICIÓN
2015 nos ha dejado claro que las hermandades han salido de la crisis. Sin rebajar los notables esfuerzos para atender sus obras sociales (la última en nacer, la fundación de la Hermandad del Calvario), la mayoría de las cofradías tienen en su horizonte a corto o medio plazo proyectos de envergadura que consiguen ilusionar a sus hermanos.
Los
planes no sólo crecen cuantitativamente, sino que apuntan en muchos casos
niveles de calidad acordes con el nivel que se le supone a nuestra Semana Santa.
El tiempo de conformarse empieza a pasar a mejor vida y los nombres de primeros
espadas de la talla, la orfebrería o el bordado son más frecuentes
que décadas atrás.
Algunos de estos proyectos ambiciosos vienen avanzando desde hace algunos años. El personal paso de la Santa Cruz o el misterio de la Lanzada llevan un camino lento pero seguro, presentando cada año nuevos detalles. Otras hermandades, como el Calvario con su manto, los Mutilados con los varales o la Victoria con el paso y el misterio para el Señor de la Humildad, esperan para presentar más avanzadas propuestas que han despertado mucha expectación.
Destacan casos en los que la voluntad de mejorar parte y es gestionada por grupos de hermanos y no por las juntas de gobierno. El primer fruto lo veremos en 2016, con la saya que borda Santa Bárbara para la Virgen de la Misericordia. Algo más de tiempo tardaremos en ver la túnica diseñada por Pepe Delgado para el Señor de Pasión o el manto que bordará Manuel Solano para la Virgen del Amor.
Fotos: archivo HC.com.
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